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Estadio Benito Villamarín

Estadio Benito Villamarín, la joya de Andalucía

El Benito Villamarín en Sevilla, con capacidad para recibir 60.730 espectadores aproximadamente, es reconocido en la actualidad por ser el estadio más grande de Andalucía y el cuarto de España.

En sus 93 años, con diferentes denominaciones, ha sido protagonista de eventos artísticos y  deportivos, que le han brindado fama y renombre dentro y fuera de la ciudad. En sus instalaciones funcionan la sede principal del Real Betis Balompié y el centro de reuniones de la Organización del Club.

Desde sus inicios, las diferentes estructuras administrativas que lo han dirigido han tenido un fin común, un estadio confortable y acogedor, tanto para sus máximas estrellas, los futbolistas del Real Betis, como para el público y personalidades que asisten a los eventos en el Benito Villamarín.

En este sentido, muchas han sido las remodelaciones físicas y cambios de nombres que se han ejecutado. La finalidad es convertir el estadio Benito Villamarín, en un recinto moderno y adaptado a los avances propios de la época.

Remodelaciones convertidas en historia

Transformaciones alrededor de un solo sitio para su mejora, es lo ideal. En este sentido, vale la pena mencionar la trayectoria y cambios que ha experimentado un terreno de juego, para convertirse, lo que es hoy, un estadio de categoría, el Benito Villamarín.

Durante varios años se intentaron cambios, pero en 1924, el principal objetivo era reemplazar la estructura de madera, que se encontraba en pésimas y deterioradas condiciones. En 1928, culminó el proyecto acordado.

Para esa época convertir en realidad un aforo para 18.000 espectadores y un campo acondicionado para entrenamientos y competiciones, fue un gran logro.

En marzo de 1929, se inauguró formalmente, con el encuentro España-Portugal. El estadio abrió sus puertas con un partido internacional, donde el equipo anfitrión consiguió la victoria 5 – 0, frente a su oponente.

Desde su reinauguración, el estadio era la sede del club Real Betis donde jugó partidos de Copa y amistosos. Con un contrato de arrendamiento por varios años, todo parecía marchar bien para el Club, hasta que, en 1936, al iniciarse la Guerra civil española, fueron desalojados por el Ayuntamiento, quien entregó el estadio a los militares.

De campo deportivo, el estadio pasó a ser sede de acuartelamiento de tropas marroquíes y de caballerizas, hasta 1939, cuando concluyó la guerra. Una vez finalizado el conflicto bélico, de inmediato, el Real Betis solicitó un nuevo contrato y comenzaron con la recuperación necesaria para los espacios, debido a los destrozos dejados.

En el mismo año, 1939, se reinaugura como Estadio Municipal Heliópolis. Sin embargo, las remodelaciones no se detuvieron, en 1958 se ampliaron las gradas, en 1959 se instaló nueva iluminación eléctrica y en 1961, Benito Villamarín pasa a ser el nuevo del nombre del estadio.

Entre 1971 y 1973 se reconstruyeron la parte norte y la sur. En 1975 se realizó la tribuna de voladizo, en 1979 la de fondo y en 1981 la de preferencia. A partir de 1982, el estadio Benito Villamarín contaba con una capacidad para 48.500 espectadores.

En ese mismo año fue una de las sedes del Mundial de España 82, con un encuentro en el que la selección española venció al equipo de Malta 12 – 1 y aseguró su pase a la fase final de la Eurocopa1984.

En 1997, por decisiones de la presidencia del Club, acordaron llamarlo, Estadio Manuel Ruiz de Lopera. Sin embargo, trece años más tarde, en el 2010, por votación de los socios, lograron recuperar el antiguo nombre.

En la actualidad, el estadio Benito Villamarín, funciona como centro deportivo con las tres cuartas partes de construcciones e instalaciones nuevas y acondicionadas. Presenta iluminación con soluciones sostenibles, zonas de aparcamiento, salas VIP, gradas bajas, altas y medias.

Como un verdadero cuento de nunca acabar, ya para el 2024 se han planificado otras remodelaciones. Quieren convertirlo en el corazón del Betis, con nuevos atractivos para la ciudad.

Restaurantes, miradores, museos, tiendas, auditorios y zonas para eventos corporativos, entre otros. Hacer del Benito Villamarín un Estadio innovador y confortable con actividades permanentes, durante los 365 días del año.

Estadio Benito Villamarín

Merecido honor para Benito Villamarín

Benito Villamarín Prieto nació en Puga, Toen, Provincia de Orense, un 21 de agosto de 1916 y falleció en Sevilla en 1966. Llegó a esa ciudad después de la Guerra Civil, con la idea de emigrar luego a Argentina y encontrarse con sus hermanos.

Al poco tiempo, decidió quedarse y comenzó sus actividades empresariales. Se dedicó a la exportación de aceituna de mesa hacia Estados Unidos, convirtiéndose en un reconocido hombre de negocios próspero y exitoso.

En 1955, fue elegido presidente del Real Betis Balompié y demostró plena confianza en el equipo. Realizó algunos cambios que resultaron de gran ayuda, generando, además, nuevas expectativas para todos. Su empeño resultó clave para el ascenso a Primera División en la temporada 1957 – 1958.

En su década como presidente del Real Betis fue considerado uno de los más destacados de la directiva del Club. Benito Villamarín se caracterizó por tener la buena disposición para ayudar a los jugadores y técnicos. Sabía que premiarlos después de lograr triunfos, los motivaba a continuar esforzándose.

En 1961, compró el estadio para que el Club tuviera su propia sede. La preocupación, solidaridad y apoyo para lograr un gran equipo, son parte de las evidencias demostradas por Benito Villamarín como presidente emblemático de la historia del Real Betis.

Pruebas no han faltado para que el estadio conserve el nombre de Benito Villamarín, destacado empresario que brindó grandes aportes al deporte en Sevilla y al país.